miércoles, 29 de julio de 2009

Prólogo

Estaba Lucy recostada en el tejado luciendo su esplendoroso cuerpo de trapo, con un lazo rojo grande, muy grande. Cuando de repente escucho unos pequeños pasos que resonaban por la tejas del tejado, rápidamente se giró y allí estaba. ¡un pequeño pollo que saltaba!, cargando un pesado objeto tras su espalda.


Un pequeño Pollo 1.1

¡Un pequeño pollo!- Exclamó Lucy.

Lucy; Qué andas polluelo solo por mi tejado.

Pollo; ¿Sólo? ¿ Acaso no ves que voy acompañado? Es mi cámara, con ella hago cine.

Lucy; Ya veo ya, tan pequeño y ya andas trasteando objetos extraños, déjame verla.

Pollo; ¡No! No la toques o te picaré al instante!

Lucy; Está bien, tranquilo…



SILENCIO


P; ¿Y tú que hacías?

L; Saltaba por los tejados.

P; ¿Tejados?

L; Sí, tejados. ¿Qué ocurre?

P; Nada, nada… Que prepotencia, te noto algo altiva.

L; Sí, es posible. Un pollo lleno de plumas esta en mi tejado…

P; Vaya, no sabia que la señorita lazos rojos se apropiaba de los lugares.

L; Los lugares se apropian de mí, “señorito pollo”.

P;
En fin, no creo que esta conversación llegue a buen puerto.

L;¿ Igualmente, ¿se va usted o me voy yo?

P; ¿Ahora me trata de usted?, vaya vaya, vaya….


SILENCIO



L; (le mira pícara)


P; (se sonroja)


L; Vale, hagamos un trato.


P; Dime.


L; Te dejaré quedarte si cuentas mi historia con tú cámara.


. . .


P; Hecho.

P y L; Comencemos


MaRzo 2009


domingo, 19 de julio de 2009

jueves, 16 de julio de 2009

PoLlO y L.

El pequeño Buen Hombre- II parte; El áurea del pintor.

Mire dónde mire,¡ sólo veo arte!-Dijo Lucy.

Azul, azul cielo…-murmuraba mientras paseaba por el solon de aquella casa.

El salón azul, un espejo, un piano un cuadro….

-Después de todo no me extraña que hayan tantos colores, fue el hogar de un pintor.

-Hoy es mi hogar

-¿Quién ha dicho eso?

Un hombre viejo y estilizado se presento ante Lucy tras abrir la puerta del salon.

-Soy el propietario de esta casa.

-Pero… ¿y el pequeño buen hombre?

-Era su casa….hoy me pertenece, y todo lo que hay en ella.

-No tienes derecho hablar así.

-Si, si lo tengo, es mi propiedad, el pequeño Buen hombre ya no existe.

-Bueno pero quedan sus recuerdos.

-Recuerdos, recuerdos…Simplemente eso. Hoy es la búsqueda de una gran colección sin límites, mi colección. Y tengo muchas otras.

-Hablas de algo imposible de poseer, es la obra de un artista, podrás poseer lo material en ella pero jamás su esencia.

-¿Qué es la esencia de una obra de arte?.

¿La composición?.

¿Sus colores?

-No, nada de eso. No tiene nada que ver, es la razón por la que fue creada. La que le dio el sentido a su existencia, la que hará soñar a los que la vean, serán más dueños de ella que el que la posea, puesto que la obra es libre, no tiene dueño. Fue lanzada al mundo como un sueño ¿y los sueños son propiedad de alguien?, ni tan sólo son de nuestra propiedad, son libres. Tienen su propia Áurea, ¿es que no la ves?

-¿Áurea?

-Tan ciego estas por coleccionarlas que no ves lo que les rodea.

-Te enseñare lo que significa el arte…ven conmigo.

Lucy intrigada acompaño aquel extraño viejo. Al salir de la casa por primera vez Lucy piso la tierra, y andaba por terreno asfaltado. Se daba cuenta que era capaz de ello, acompañando a un hombre que argumentaba todo con peso a la razón y la única existencia de lo materico.

La gente que pasaba al costado de Lucy veía andar de forma extraña a la muñeca, observando como sus finas piernas de tela le entorpecían el paseo.

-¿Por qué estas hecha de trapo?

-Tal vez mi material te parezca frágil, pero al menos me da flexibilidad.

-¿Tú de que material estas hecho?

-Yo de huesos y piel, como el resto de seres que pisan la tierra, y son reales.

-Yo también soy Real.

El hombre viejo miro a la muñeca con mirada irónica y con aire sarcástico. Eso ya lo veremos.

-Ya hemos llegado.

-Vaya ¿este es tú hogar?, si yo mismo lo elegí hace ya 50 años, mis padres iban a buscar una casa para nuestra familia, yo tenía unos 5 años, al verla me enamore de ella y conseguí que mi madre la comprara.

-Ya eras codicioso.

-¡¿Cómo?!

-Nada, que ya eras ocioso

-¿Tienes tiempo?, esto durara horas.

-Todo el tiempo que dure la visita.

-Esta bien, entremos.

El hombre abrió la puerta y tras ella tres puertas más.

-¿Tienes hambre?

-No, gracias. Vamos a ver tú obra.

-No es mía, es mi colección de arte.

-¿Tu colección de almas?

-¿Me tomas por el diablo?.No poseo almas poseo cuadros te he dicho.

-Este bien, sólo bromeaba.

Comenzaron a ver las obras, aquello no tenía fin. Era un palacio infinito de geometría y pintura, pero aquellas obras carecían del espíritu que albergaba el pequeño buen hombre. Lucy no llegaba entender la conexión que les había unido ambos. Nada que ver.

Y dime,¿ conociste al pequeño Bueno hombre?

No, conocí a su mujer.

-¿Ella te propuso conservar sus vienes?

- No ella no quería, pero ya estaba vieja, no sabia lo que decía.

-¿Tú crees?

-Tienes que irte, preguntas demasiado. Vuelve a la casa del pequeño Buen Hombre, no te daré más privilegios.

-Este bien, me voy.

Lucy salio espantada de aquella enorme casa llena de arte carente de alma.

Volvió al hogar del pequeño buen hombre.

-Tengo sueño…

Cansada entro en un profundo sueño….

(Continuara)

III Parte – El sueño ; El gato que habla.