miércoles, 17 de junio de 2009

"Bienvenidos al mundo de los Pequeños nadas"

"Para los que si creen en el artista, y los excentricos del arte...para todos"

Qué alguien me cuente qué artista era normal, qué artista no es excéntrico...
Si seguramente hay muchos artistas que no lo son y no necesitan alimentarse de la locura ni la excentricidad para trabajar y ser creativo.
Pero yo creo que...
Hay tres caminos para un buen artista:
1º Decidir inventarse un mundo aparte de la sociedad, donde encerrado en si mismo absorba lo que le rodea y lo transforme en otra cosa.
2º Vivir en el mundo real, dramatizar por ello y ver qué hace al respecto...
3º Viajar, sentir, conocer...y al final crear. Crear un mundo naïf, si los viajes son en un crucero, por el contrario si son en patera...
Y 4º...(¿no habíamos dicho 3?...), pues seguir el camino marcado, para poder vivir una vida “normal”, lo que pienso es... que si es un artista real, al final no importa cuándo ni por qué, saldrá de nuevo de ese camino (quizás al jubilarse), pero saldrá.
Obra y espectador son imprescindibles para el susodicho artista, una no se encuentra sin la otra, y al final por mucho que huya de la sociedad necesita la sociedad como cualquier ciudadano de a pie. Su trabajo no es nada sin nadie que lo mire, porque no existe.
La obra se sumerge, se hunde, como el naufrago que sabe que no hay otra persona cerca, y pierde la esperanza mucho antes... Aunque quizás pase aquel bote que le salve.
El artista necesita nutrirse de los demás, de las experiencias, no puede quedarse quieto, no puede parar, se crea la llana ilusión de que un día parará, y cierto, si lo busca lo conseguirá, pero entonces, ya no será lo que era, dejara lo absurdo por lo real, se convertirá en uno más.
¿Quién quiere ser uno más...? A la mayoría, es el sentimiento de soledad lo que nos limita, lo que nos encierra... Lo que nos atrapa en nuestra propia mentira, pero creerla, nos hace estar ilusionados con la idea de que nunca pereceremos si hay algo o alguien para inmortalizarnos.
Resulta que lo efímero puede ser precioso, lo que crece en la adversidad puede ser mostrado como algo único, inigualable, lo mundano, es exótico puesto que creció sólo.
Pero hay una objeción a todo ello, o varias, valga la redundancia. Quien esta dispuesto a vivir en lo absurdo... Quien está dispuesto amar lo mundano, lo efímero... Los más arriesgados diremos, ¿el precio?... A cambio, dejas de las barreras, dejas los límites, y encuentras... ¿Qué encuentras? Las piezas de tu propio puzzle.
Nuestros vampiros nunca mueren... Y son inmortalmente bellos, inmortalmente infelices.
Nosotros morimos, y muchos son obstinados al negar que es precioso vivir un tiempo limitado, un tiempo predestinado. Pero gracias, a nuestra desgracia, muchos valoramos ese pequeño tiempo y lo intentamos transformar en obras, en creaciones. Ellas no morirán por nosotros... Serán inmortalmente el reflejo de nuestro pequeño transcurso, inmortalmente jóvenes como nuestros vampiros.
La magia es nuestra, habita en el ser humano, en la bondad, en el amor, y en la forma de creación, bien sea un ser humano, un acto lucrativo, o una obra de arte.
El que estudia su carrera por amor, hace una obra de arte...
El que disfruta de un momento de sol, crea un momento único, para él.
¿Entonces...?¿Todo el mundo puede ser artista?
Todo el mundo que siente, a cada momento y valora lo que hace, respeta, transforma la vida en una obra de arte... Entonces puedes ser artista sin perder la cabeza... Puede ser, pero nunca dejarás de preguntarte...
Por qué no fuiste artista...
Beatrice Heredia-La Cambre (16-mayo 2008).
Todavía no soy artista...
Pas encore...

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